Introducción
El paciente con Sindrome cardiorenal, además de presentar las comorbilidades de la insuficiencia cardiaca y de la Enfermedad renal crónica presentan un tratamiento complejo, por lo que la enfermera debe disponer de una consulta especializada en la que educar al paciente y optimizar el tratamiento de manera segura para evitar el incumplimiento de este.
desarrollo
Revisión bibliográfica en siguientes bases de datos: PubMed, CINAHL, Cochrane entre los años 2019 y 2022.
- 1º Visita:
- Valoración integral del paciente y su contexto mediante pruebas y escalas específicas.
- Entrevista dirigida a valorar los conocimientos del paciente sobre su enfermedad, asi como su estado psicofisico.
- Plan de cuidados individualizado trabajando de mayor urgencia a menor relevancia.
- Valorar analítica y estado de vacunación, serología.
- Tomar constantes, IMC y bioimpedancia.
- Comenzar el proceso de educación basado en las siguientes intervenciones:
- Enseñanza proceso de enfermedad.
- Enseñanza dieta.
- Enseñanza higiene y hábitos saludables.
- Enseñanza medicación.
- Enseñanza modalidades de tratamiento sustitutivo renal.
- Enseñanza tratamiento basado en dispositivos cardiacos.
- Entregar teléfono y horario de contacto.
- Programar seguimiento de consulta telefónica para titulación de fármacos si precisa.
- 2ºVisita:
- Control de constantes, IMC, bioimpedancia.
- Valoración de analítica, situación serológica y estado de vacunación, TA ambulatoria y perfil glucémico si precisa.
- Detectar transgresiones dietéticas y farmacológicas, resolver dudas.
- Avanzar en el programa educativo, detectar desinformación sobre lo explicado.
- Ayudar en la toma de decisiones y derivar si es preciso al servicio involucrado pertinente.
- Derivar a consulta de valoración de acceso vascular o peritoneal así como establecer y reforzar cuidados.
- Programar seguimiento de consulta telefónica para titulación de fármacos si precisa.
conclusiones
El papel de la enfermería es fundamental, ya que va a ayudar a que el paciente pueda desarrollar habilidades de autocuidados con los que ser capaz de manejar los síntomas, tratamiento, consecuencias físicas, emocionales, psicosociales y cambios en el estilo de vida asociados a vivir con una condición crónica. Convertirse en su propio recurso para gestionar y optimizar su salud, lo que llamamos paciente experto.