Introducción
Las personas con trastornos generalizados del desarrollo y/o discapacidades cognitivas como el trastorno del espectro autista (TEA) o el Síndrome de Down, tienen un mayor riesgo de padecer afecciones cardíacas. En la actualidad, los programas de prevención y seguimiento cardiovascular de acceso no urgente son limitados. Con el fin de mejorar la calidad asistencial y prevención de afecciones cardíacas en este tipo de pacientes, hemos llevado a cabo un programa de monitorización cardiaca a domicilio en escuelas adaptadas e inclusivas.
Métodos
Todos los participantes han completado un consentimiento informado y cuestionario de salud previamente a la recepción del dispositivo para realizar la monitorización cardiaca durante 24 horas. El dispositivo utilizado para la grabación de electrocardiogramas (ECGs) ha sido un Holter de una derivación. Los ECGs han sido interpretados y analizados por la plataforma de inteligencia artificial (IA). Nuestro equipo médico, formado por tres enfermeras y cuatro cardiólogos, ha revisado todas las etiquetas de patrones cardiacos encontrados por la IA en los ECGs analizados antes de generar y enviar el informe médico con los resultados.
resultados
Tras ofrecer 800 monitorizaciones, se han recibido un total de 614 inscripciones (399 de escuelas de fútbol y 215 de escuelas de baloncesto). De los participantes inscritos, se han monitorizado correctamente 556, siendo preciso repetir la monitorización en tan solo 12 participantes. Nuestro equipo médico ha detectado alteraciones leves y moderadas en 50 individuos: 29 con alteraciones en la onda T, el segmento ST o PR corto, y 21 con extrasístoles frecuentes, alteraciones del ST o la onda T en esfuerzo, o taquicardias supraventriculares. La satisfacción del programa de monitorización ha obtenido una puntuación de 81 según el indicador Net Promoter Score.
conclusiones
A pesar de no haber detectado ninguna anomalía cardiaca urgente, el programa de monitorización a domicilio ha permitido, hasta la fecha, que 50 familias sean conscientes de posibles alteraciones cardiacas en sus hijos y fueran remitidos a su cardiólogo o pediatra para un estudio cardiaco completo. Sin este seguimiento preventivo, las anomalías detectadas y sus riesgos asociados habrían pasado desapercibidos.