Introducción
La ablación de fibrilación auricular (FA) mediante electroporación, conocida como ablación por campo pulsado (PFA), es una técnica innovadora y segura que permite una ablación tisular selectiva con menos riesgo de daño a estructuras adyacentes. La PFA es rápida y segura, basada en la aplicación de impulsos eléctricos de alta intensidad, lo que requiere una adecuada sedación para el control del dolor e inmovilidad relativa del paciente. Nuestro programa actual de sedación profunda manejado por enfermería permite mantener la estabilidad hemodinámica y la respiración espontánea, minimizando efectos adversos y mejorando la recuperación postoperatoria. Este trabajo plantea la actualización del protocolo de sedación aplicado en los procedimientos de ablación por radiofrecuencia y crioablación.
desarrollo
El objetivo es establecer un esquema de sedación profunda segura y eficaz, que permita garantizar la sedoanalgesia adecuada y conservar la función respiratoria espontánea.
Medicación: inducción con midazolam 0,02-0,05mg/kg y fentanilo 0,001mg/kg, infusión de propofol 3-4mg/kg/hora y remifentanilo 1-1,5mg/kg/hora; y paracetamol IV 1g + tramadol IV 100 mg administrado 30 minutos antes del procedimiento como analgesia basal.
Evaluación
Durante el procedimiento se evaluan los siguientes parámetros: nivel de sedación y respuesta a estímulos (verbal y táctil), presencia de dolor o signos vegetativos, estabilidad respiratoria y hemodinámica y efectos adversos (náuseas, vómitos, depresión respiratoria, bradicardia,etc).
Postprocedimiento, se valora el tiempo de recuperación, grado de satisfacción del paciente, y necesidad de medicación adicional.
Desde que se inició este protocolo se han realizado 38 procedimientos con una tasa de recurrencia menor del 10% y con una muy buena percepción de la satisfacción, no precisando de intubación orotraqueal o soporte respiratorio invasivo en ningún paciente.
conclusiones
La implementación de un protocolo de sedación profunda con fentanilo, propofol, remifentanilo, paracetamol y tramadol ofrece un manejo del paciente eficaz y seguro, proporcionando una adecuada sedoanalgesia, con mínima interferencia en la función respiratoria y una rápida recuperación. Este protocolo representa una herramienta útil en la práctica clínica y puede adaptarse a las características del paciente y entorno quirúrgico.