Introducción
La telemetría permite la monitorización continua y remota del electrocardiograma, facilitando la detección precoz de alteraciones cardiacas. No obstante, su implementación efectiva implica desafíos, especialmente por el desconocimiento en su uso y manejo. La correcta interpretación de los datos exige que las enfermeras cuenten con formación específica, lo que garantiza una respuesta oportuna ante cualquier anomalía. Con el objetivo de estandarizar el uso de la telemetría y optimizar la capacitación del personal de las unidades de hospitalización convencional en el manejo de la telemetría, se elaboró un protocolo.
desarrollo
El protocolo se desarrolló de forma conjunta entre las enfermeras de las unidades de hospitalización, donde se encuentran ingresados los pacientes con telemetría, y las enfermeras de la unidad coronaria, responsables de su vigilancia. El contenido del protocolo incluyó:
- Indicación de la telemetría: criterios, procedimiento y responsables de su solicitud.
- Colocación: componentes del sistema, técnicas adecuadas de preparación cutánea, verificación del estado de los electrodos y correcta colocación.
- Mantenimiento: cuidados necesarios para asegurar la calidad de la señal.
- Retirada: proceso estandarizado de desconexión.
- Comunicación de eventos adversos: identificación y notificación estructurada.
Se añadió, además, un apartado específico con recomendaciones para los pacientes, dado que su colaboración puede mejorar la captación de la señal y reducir la aparición de artefactos. Este protocolo fue difundido mediante sesiones formativas dirigidas a las enfermeras de las diferentes unidades de hospitalización.
Evaluación
Se evaluó el grado de satisfacción del personal con las sesiones formativas, el número de incidentes relacionados con el uso de las telemetrías y la percepción sobre la mejora en el manejo clínico de estas.
conclusiones
La formación en telemetrías ha mejorado la capacidad de respuesta de las enfermeras ante eventos adversos y la seguridad del paciente. Asimismo, han disminuido las llamadas innecesarias desde la unidad coronaria a hospitalización por artefactos o pérdidas de señal sin relevancia clínica. La formación continuada, la estandarización de procedimientos y el compromiso con un uso adecuado de estos dispositivos son claves para optimizar su funcionamiento y mejorar la práctica asistencial.