Introducción
La enfermedad cardiovascular es problema frecuente entre pacientes trasplantados renales (TR). Afecta a más del 50% de los casos y es la primera causa de muerte 15-45% en TR frente a infecciones y tumores. La prevalencia por infarto agudo de miocardio (IAM) o angina varía entre 8-15%. La prevención debe desarrollarse en época de insuficiencia renal (IR) previa a diálisis controlando factores de riesgo referentes al estilo de vida del paciente.
objetivos
Establecer un plan de cuidados a paciente ingresado en unidad de críticos cardiovascular (UCC) por IAM en post-trasplante inmediato renal.
Descripción
Varón 77 años, antecedentes IR crónica, diabetes mellitus II, hipertensión arterial, dislipemia, cardiopatía valvular e isquémica crónica leve y fumador.
Paciente ingresado en nefrología tras TR es trasladado a UCC por IAM y fibrilación auricular de nuevo diagnóstico.
Estabilizado paciente se realiza angiografía coronaria.
A las 72 horas es dado de alta a su unidad de referencia por buena evolución.
Planificación
Se realiza valoración enfermera, modelo Marjory Gordon detectando alteración en percepción-manejo de la salud, nutricional-metabólico, sueño-descanso y eliminación entre otros.
Se establece plan de cuidados taxonomía NANDA con los diagnósticos: deterioro de la integridad cutánea, riesgo de infección de herida quirúrgica, riesgo de deterioro de función cardiovascular y riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos con sus intervenciones y resultados correspondientes.
Reflexión
Un IAM después de TR requiere cuidados que combinan atención al infarto con necesidades post-trasplante.
Como enfermeras nos preguntamos ¿es posible prevenir el desarrollo de evento cardiovascular en TR? Analizados factores de riesgo podemos intervenir en todos salvo edad de donante y receptor, es fundamental controlar tensión arterial, glucemia, sobrepeso y abandono de tabaquismo previo a TR.
Para el equipo de enfermería de UCC ha sido un reto trabajar con TR, siendo crucial colaboración entre cardiólogos y nefrólogos, estando atentos a inmunosupresores administrados y sus efectos secundarios, vigilar complicaciones cardiovasculares, controlar la función renal e inspeccionar herida quirúrgica. La intervención precoz y un enfoque global son armas idóneas para mejorar la calidad de vida y disminuir la mortalidad de origen cardiovascular en este paciente.