Introducción
La insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida (IC-FEr) es una patología crónica de alta prevalencia, asociada a elevada morbimortalidad y frecuentes reingresos hospitalarios, especialmente tras episodios de descompensación. Vericiguat, un estimulador de la guanilato ciclasa soluble ha demostrado su eficacia en la reducción de eventos cardiovasculares mayores, tal como muestra el estudio VICTORIA. En este contexto, el papel de la enfermería resulta clave para garantizar la seguridad, adherencia y seguimiento del tratamiento.
objetivos
El objetivo de este trabajo es establecer un protocolo enfermero estructurado que permita monitorizar a estos pacientes, reforzar su adherencia terapéutica y evaluar los resultados clínicos y percibidos.
desarrollo
El protocolo ha sido diseñado por el equipo de enfermería de una unidad especializada en insuficiencia cardíaca, con base en la evidencia científica, guías clínicas actualizadas y experiencia acumulada con más de 80 pacientes. Se estructura en seis fases: valoración inicial presencial, contactos telefónicos a los 7-10 días y al mes, revisiones presenciales a los 3 y 6 meses, y seguimiento individualizado posterior. Se utilizan herramientas estandarizadas como el cuestionario MLHFQ (Minnesota Living with Heart Failure Questionnaire), el test de la marcha de seis minutos (6MWT), analíticas específicas y educación sanitaria progresiva.
Evaluación
Las intervenciones prioritarias se centran en la monitorización clínica, valoración funcional, detección de efectos adversos y refuerzo de la educación terapéutica. Los indicadores utilizados son: porcentaje de pacientes que completan el protocolo, evolución de la puntuación MLHFQ, mejora en la distancia del 6MWT, adherencia farmacológica y registro de efectos adversos. Estos datos permiten valorar la efectividad del protocolo e introducir ajustes según necesidades.
conclusiones
El protocolo de seguimiento enfermero propuesto permite una atención estructurada, continua y centrada en el paciente, optimizando la seguridad del tratamiento, la adherencia terapéutica y los resultados clínicos.
Su implantación es factible y transferible a otras unidades clínicas, y constituye una herramienta eficaz de mejora en la calidad asistencial desde la práctica enfermera basada en la evidencia.