Introducción
El número de procedimiento de cierre de orejuela (COI) realizados de forma ambulatoria ha crecido de manera exponencial en los últimos años. El perfil de los pacientes sometidos a COI (edad avanzada, comorbilidades), nos obliga a generar nuevas estrategias que minimicen las posibles complicaciones asociadas al procedimiento y permitir su realización de forma ambulatoria. Son diferentes las características que se deben evaluar por parte de la Enfermera de Práctica Avanzada (EPA) en estos pacientes siendo la fragilidad una de ellas. Sin embargo, no existen datos de su evaluación en este grupo de pacientes. El objetivo de este estudio es evaluar la prevalencia de fragilidad de los pacientes sometidos a COI y plantear estrategias para su realización exitosa de forma ambulatoria.
Métodos
Estudio observacional prospectivo unicéntrico donde se incluyen de forma consecutiva a todos los pacientes sometidos a COI ambulatorio. Se realizó una valoración de la fragilidad según la escala Clinical Fraily Scale (CFS). Se dividieron a los pacientes en robusto (CFS <2), prefrágil (CFS 3-4) o frágil (CSF >4). Las características basales, del procedimiento y complicaciones fueron recogidas.
resultados
Se incluyeron 103 pacientes con una edad media de 75.0 ± 9.7 años, 26 hombres (25.2%). El riesgo isquémico y hemorrágico de los pacientes incluidos era alto (CHADs-VAS score de 4.1 de media, 47% antecedente de hemorragia mayor). La prevalencia de fragilidad fue elevada (52% prefrágiles y 21% frágiles). Independientemente del grado de fragilidad, el procedimiento se realizó de forma ambulatoria en todos los casos. Un único paciente presentó un hematoma no complicado en la zona de punción (no prefrágil).
conclusiones
La prevalencia de fragilidad en pacientes sometidos a COI es alta. A pesar de ello, la realización del procedimiento de forma ambulatoria es segura. Es importante incluir la valoración de la fragilidad dentro de la evaluación inicial por parte de la EPA con el fin de conseguir una deambulación precoz, minimizar el riego de infección nosocomial, evitar posibles fases de delirio y disminuir la ansiedad tras el procedimiento, favoreciendo un ambiente seguro en domicilio. Incluir la fragilidad dentro de las intervenciones realizadas por la EPA de procedimientos ambulatorios permite una mejor planificación y educación sanitaria, favoreciendo una individualización de los cuidados al paciente y familia.