Introducción
El trasplante cardíaco (TC) está indicado en pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada que no responden al tratamiento estándar. Las complicaciones más frecuentes en los pacientes con TC son el rechazo del injerto, las infecciones, las neoplasias y la enfermedad vascular del injerto (EVI). Por otro lado, la terapia con inmunosupresores favorece la aparición de efectos secundarios como la hipertensión arterial, la dislipemia, la diabetes, la insuficiencia renal y la osteoporosis.
desarrollo
El protocolo consta de revisiones planificadas en el ámbito de consulta en las que se realizan exploraciones complementarias definidas previamente. En cada revisión se realiza un electrocardiograma y una analítica con hemograma, bioquímica, biomarcadores cardíacos, proteína C reactiva y niveles de los fármacos inmunosupresores. Además, al mes 1, 3, 6, 9 y 12 del TC se realiza un control analítico en el que se evalúan los factores de riesgo cardiovascular (lípidos y hemoglobina glicada), el nivel de hormonas tiroideas, perfil de anemia, panel de anticuerpos anti-HLA, PCR de citomegalovirus y ecocardiograma transtorácico. Al año, se solicitan marcadores tumorales, proteinograma, orina de 24 horas y densitometría ósea. Después del primer año del TC, se repiten dichas exploraciones complementarias al menos con una periodicidad anual. Además, se realiza coronariografía a los 1, 5 y 10 años del TC para el despistaje de EVI.
Evaluación
La intervención de enfermería incluye:
- Solicitar y gestionar las analíticas y las exploraciones complementarias de imagen.
- Brindar atención y seguimiento telefónico para garantizar la continuidad asistencial.
- Educación en hábitos saludables y recomendaciones específicas para pacientes con TC.
- Realizar una valoración clínica complementaria durante las visitas.
- Extraer las muestras sanguíneas.
- Registrar y monitorizar las constantes vitales de los pacientes.
- Coordinación con el equipo médico.
- Garantizar la correcta actualización del calendario vacunal.
conclusiones
La aplicación de este protocolo permite una vigilancia estrecha y coordinada con al equipo médico para garantizar una atención integral del paciente con TC. Dicho protocolo permite proporcionar el tratamiento adecuado, así como detectar y abordar precozmente cualquier complicación que pueda surgir durante el seguimiento tras el TC.