Introducción
La inclusión del electrocardiograma (ECG) en los exámenes médicos para la práctica deportiva sirve como una valiosa herramienta para identificar posibles condiciones potencialmente mortales durante el ejercicio físico. Sin embargo, su aplicabilidad en individuos jóvenes sigue siendo un tema de controversia, principalmente debido a las tasas relativamente altas de falsos positivos y los costes asociados de estudios adicionales. Además, aún no se ha establecido la validación de los Criterios Internacionales en atletas menores de 12 años. Este estudio tiene como objetivo describir la prevalencia de los hallazgos del ECG en una muestra de atletas infantojuveniles de entre 11 y 16 años, empleando los criterios de interpretación refinados de Seattle.
Métodos
Estudio descriptivo trasversal retrospectivo de 14608 deportistas de entre 11 y 16 años. La evaluación incluyó cuestionarios administrados por un entrevistador sobre antecedentes relevantes, examen físico con medidas antropométricas y ECG de 12 derivaciones en reposo para cada participante. La medida de resultado primaria fueron los hallazgos anormales del ECG según las Recomendaciones Internacionales para la Interpretación electrocardiográfica.
resultados
Entre la población evaluada de atletas adolescentes (77,5 % niños; >97 % caucásicos), la gran mayoría mostró resultados normales de ecg, siendo los hallazgos adaptativos relacionados con la participación deportiva más frecuentes entre los adolescentes jóvenes y los hombres. La presencia de anomalías significativas en el ECG en atletas adolescentes fue poco común (2,05%) y todos requirieron exámenes adicionales. El 1,34% de la muestra total fue diagnosticado de alguna patología cardíaca previamente desconocida únicamente a través del ECG.
conclusiones
El estudio confirma que el cribado con ECG es una herramienta útil para identificar anomalías cardíacas en atletas pediátricos y adolescentes, aunque la prevalencia de hallazgos significativos en esta población es relativamente baja. Además, resaltan la utilización de los criterios refinados de Seattle como una técnica sensible y específica en atletas infantojuveniles, mejorando aún más la precisión de las evaluaciones basadas en ECG.