Describimos el caso de un varón de 85 años que acude para la realización de una coronariografía con un diagnóstico inicial de infarto agudo de miocardio sin elevación del segmento ST. El paciente presenta antecedentes de hipertensión arterial, hiperlipidemia, estenosis aórtica moderada y enfermedad renal crónica, además de un probable deterioro cognitivo no filiado. Se realiza un acceso radial (AR) derecho con técnica de Seldinger. Por la presencia de marcada tortuosidad a nivel subclavio y del tronco braquiocefálico (figuras 1A y 1B, asteriscos), se decide intercambiar el introductor radial corto por un introductor largo (DestinationTM 90 cm - 6F, Terumo, Tokio, Japón), a pesar del cual no es posible completar el estudio y se realiza el cambio a la vía femoral. La coronariografía muestra enfermedad coronaria multivaso, con lesiones culpables a nivel de la arteria circunfleja (figura 1C, flechas amarillas).

Se realiza intervencionismo percutáneo con implante de stent farmacoactivo con buen resultado. Al finalizar el procedimiento, se objetiva espasmo a nivel del AR. Se administran vasodilatadores (300 μg de nitroglicerina) a través del introductor radial y sedoanalegesia (1 mg de midazolam y 25 μg de fentanilo) endovenosa. Se procede a la retirada del introductor, que resulta dificultosa por la presencia de importante resistencia. Con la retirada, se produce una avulsión parcial de la arteria radial, en parte adherida al propio introductor (figuras 2A y 2B, asteriscos), con externalización parcial de la arteria radial a nivel cutáneo (figuras 2C y 2D). Se inicia compresión manual y, tras valoración por el servicio de cirugía vascular, se realiza cirugía emergente con ligadura y resección del segmento afectado. El curso posterior del paciente fue favorable.
El AR constituye el acceso mayoritario en procedimientos tanto diagnósticos como terapéuticos coronarios, debido principalmente a su mejor perfil de seguridad frente al acceso femoral. Sin embargo, el AR no está exento de complicaciones potencialmente graves. El espasmo arterial es una complicación relacionada con el AR, cuya presentación depende de factores anatómicos, del paciente y de la propia intervención. Es importante individualizar la elección del acceso vascular, sobre todo en aquellos pacientes que asocien componentes de fragilidad o comorbilidad significativos. En este contexto, los planes de cuidados de enfermería deben ser dinámicos, permitiendo la adaptación de los mismos a las incidencias y complicaciones que puedan surgir durante el procedimiento, y modificando estas intervenciones según las necesidades específicas de cada caso.

No existen fuentes de financiación.
Conflicto de intereses: Ninguno.